Explosión de una bombona de gas en Indianápolis: El GNC vuela 1,2 kilómetros y aterriza en el patio de un colegio
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Los vehículos propulsados por gas natural plantean riesgos y peligros diferentes durante un incendio que los vehículos de gasolina. En 2015, los bomberos de Indianápolis (Estados Unidos) respondieron a un incidente en el que explotaron los tanques de CND.
Una bombona salió despedida a 1,2 kilómetros del lugar de la explosión, aterrizando en el patio de un colegio.
En contra del procedimiento habitual en los incendios de este tipo de vehículos, el conductor no pudo "arrojar" los restos ardientes. Esto provocó una acumulación de calor directamente debajo de los cilindros.
Un factor que contribuyó a ello fue la cubierta protectora que cubría los depósitos. La cubierta probablemente dificultó la refrigeración de los depósitos y pudo haber provocado inadvertidamente que los dispositivos reductores de presión ( PRD ) se enfriaran con el chorro de agua e impidieran su activación.
Se especula que el chorro de agua aplicado puede haber mantenido los PRD por debajo de la temperatura de activación prevista.
Desde una perspectiva táctica, si se sabe que un vehículo está equipado con cilindros de GNC y está bien envuelto en llamas, los bomberos deben mantener un perímetro seguro y no acercarse al vehículo, a menos que haya un riesgo significativo para la vida, es decir, dejar que el vehículo arda.
En este tipo de incidentes debe mantenerse un radio mínimo de evacuación de 90 metros (300 pies).
Como se experimentó en este suceso, un tanque aterrizó aproximadamente a 4.000 pies (1.200 metros) de distancia.
No se acerque ni por delante ni por el lateral del vehículo. Si es necesario, acérquese al incendio de un vehículo de GNC desde un ángulo de 45°.
Si se han activado los PRD, no aplique agua pulverizada, sino deje que el fuego arda.